Santuario de Rocacorba

En pocos lugares disfrutaréis de tantas buenas vistas sobre las comarcas de Girona, desde el mar hasta los Pirineos, como en el santuario de Rocacorba. Situado en la montaña del mismo nombre, a casi mil metros de altitud, fue edificado en el siglo XVIII sobre un antiguo castillo medieval. Como éste había ido perdiendo utilidad, se aprovecharon sus dependencias para ampliar la iglesia y convertirla en el santuario que véis actualmente y en el que se pueden realizar estancias para desconectar.

Ya veréis que se respira mucha tranquilidad. La capilla, pequeña y de una sola nave, guarda la réplica de la imagen gótica que representa la Virgen de la Pera, que se puede visitar en el Museo de Arte de Girona. Podréis el primer domingo de mes por la mañana, que es cuando hacen misa y está abierta. Es curiosa la ubicación del santuario sobre una gran roca, que vista desde abajo recuerda a la popa de un barco.

Para acceder al santuario de Rocacorba se puede realizar en una excursión de unas tres horas, entre ir y volver, desde el pueblo de Adri (factible para niños si están acostumbrados a caminar), o bien en coche desde Banyoles. Si escogéis esta segunda opción, en mitad de la ruta os recomendamos haver una parada en el Pla de Sant Nicolau, donde disfrutaréis de una pequeña ermita del siglo XI y un castaño monumental.

Ya en lo alto de la montaña, veréis que el santuario no ocupa el lugar más alto, reservado para dos grandes antenas de telecomunicaciones. Entre una y otra hay una rampa por la que os podéis tirar en parapente, pero no apta para gente con vértigo. Eso sí, la panorámica es espectacular. Además de parapente, en Rocacorba se practica mucho ciclismo, ya que es una ascensión muy popular entre los amantes de este deporte.